Viernes 21 de Junio
Llegada a Sabiñánigo tras un largo viaje sobre las 6 de la tarde, visita rápida a la feria del corredor, ya que el calor apretaba y tantas horas de viaje dejan tocado a cualquiera. Este año mi dorsal no estaba en la feria. sino en mi habitación del hotel, donde el equipo de Movistar lo había depositado unas horas antes.
Tras la breve visita a la feria, nos dirigimos al hotel, situado en Formigal, es decir, en la cima del Portalet, donde al día siguiente esperaba estar coronando ese dichoso puerto que nunca termina.
Nos alojábamos en el hotel Villa de Sallent, cortesía de Movistar, donde las vistas eran preciosas. Encima de la cama estaba la bolsa del corredor, equipación completa de Movistar y todo lo necesario para el día de la prueba: dorsal, pulsera identificativa, ...
Cenita rápida y a la cama, a ver si podemos dormir algo, que el despertador sonará a las 4:45.
Sábado 21 de Junio
Suena el despertador. He dormido mucho mejor que el año pasado, tal vez por conocer la prueba, o tal vez por no tener ningún objetivo de tiempo en mente, solo acabar. Bajo a desayunar con el estómago cerrado, solo puedo tomar 2 tostadas con aceite y un vaso de zumo. Subo a preparar todo y a las 5:45 ponemos rumbo a Sabiñánigo. Conseguimos aparcar en la zona industrial, a escasos 5 minutos en bicicleta de la salida. Pepraro todo y ya estamos listos para partir hacia el chupinazo!
Sobre las 7:10 nos colocamos en la salida, cajón morado, junto a los que otros años han conseguido bajar de 6:30, es decir, con unos máquinas. A las 7:30 dan la salida y todos salen a tope. Yo decido dejarme caer hasta que algún grupo de ciclistas mas acorde a mi nivel me alcance, no quiero pasarme por ir con ellos y llegar a pie de Somport habiendo gastado mucho.
En la autovía ya se ven varios accidentes, lo que me hace levantar el pie mas aún, no quiero tocar el suelo con otra parte que no sea la zapatilla. El primer puerto es muy llevadero, con muchos descansos, cuando quieres darte cuenta ya estás arriba. Pero al llegar a la cima me doy cuenta de que algo va mal, mis 2 bidones están casi intactos, creo que se me ha olvidado beber... Comienzo a hacerlo allí arriba, pero ya es demasiado tarde. La temperatura aún no es muy alta, son las 9 de la mañana, pero lo peor está por llegar.
Tras una larga bajada alcanzamos Marie Blanque, puerto con 6 kms muy fáciles y 4 kms durísimos. Del 7 al 8 decido subir andando, algo raro en mí, pero no quiero gastar mas de la cuenta. Sorprendentemente llego a la cima con media hora de adelanto respecto al año anterior. Paro en el avituallamiento, como y bebo lo que puedo, pero ya es demasiado tarde.
Otro largo descenso y aproximación a Portalet, puerto de 28 kms no muy exigentes pero que, con 120 kms en las piernas se hacen insoportables. Empiezo a subirlo bien, pero en el km 2 ya noto que nada va bien. Llego al primer avituallamiento sin parar a duras penas, repongo los bidones, pero ya voy fundido. Mucha gente en las cunetas aprovechando alguna sombre que me incitan a parar cada vez mas, estoy completamente deshidratado, mareado, sin ganas de nada. Pienso en retirarme 10 veces cada km, no estoy disfrutando nada, pero mi novia y mis padres me esperan en Sabiñánigo, asique tengo que llegar. Busco algún autobús escoba, pero no los veo, asique toca seguir pedaleando. Los últimos 4 kms son los mas duros, pero empieza a aparecer algo de público que me anima a no parar. Ya estamos arriba, solo he tardado 3 horas en subirlo! Allí arriba veo mi hotel, pero no tengo las llaves de la habitación, y ya "sólo" me quedan 55 kms para llegar a la meta!
Largo descenso hasta Hoz de Jaca, donde me duermo literalmente encima de la bicicleta. Se me cierran los ojos, pero al menos no siento mareos, solo algunas nauseas. El primer km del puerto es al 10 %, y con los calambres en los cuadriceps toca subirlo andando. El segundo km suaviza un poco, al 8%, por lo que consigo subirlo decentemente montado en mi Orbea. Al bajar el puerto hacemos un grupillo de 5, donde pasamos relevos 3, alcanzando a varios grupos, lo cual me motiva para seguir tirando con lo que me queda, ya estamos cerca!
Tras 10 horas y 15 minutos, consigo avistar la meta, donde me esperan mis padres y mi novia, que me animan a 100 metros de la llegada.
Al bajar de la bici viene lo peor, mareos, nauseas, personas queriéndome llevar a la ambulancia.
Tras un par de horas consigo recuperarme, y morder esa medalla que tanto me ha costado conseguir hoy.
El sábado juré no volver, pero creo que hoy ya estoy esperando para apuntarme de nuevo el año que viene, será la magia de la Quebrantahuesos.
Salud y pedales:
Carlos Chocarro
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